INICIO COMO IMAGINERO

Nací, el 13 de febrero de 1957, en la calle Postrera, del castizo barrio de San Basilio, de Córdoba, mi profesión Escultor-Imaginero.

Mi empeño por ser escultor viene desde que tengo uso de razón, mi juguete de pequeño era el barro, por lo que para mí: No es una vocación precoz, ¡es mi vocación!.

A los doce años, entro en la Escuela de Artes y Oficios para estudiar Dibujo Técnico durante dos cursos. A los catorce inicio el ciclo de dos años de comunes seguido de los tres de la especialidad de Dibujo Técnico. Con 20 años, entro a trabajar en el Ministerio de Obras Públicas y, posteriormente, en EMACSA como delineante. Pero, eso no era lo mío, lo que yo había soñado desde pequeño.

Así, a los treinta años, decidí darme una oportunidad como escultor-imaginero y, dejé un trabajo estable para lanzarme a una impresionante aventura: ¡la imaginería!, pues para mí ¡la creación es mi gran pasión y la imaginería mi máxima expresión!.

Para prepararme, me matriculé en un curso de talla, pero pronto lo abandono, en diciembre, un tanto decepcionado porque en tres meses no había tocado gubia …, así que, busqué mi palo y comencé mi aprendizaje, por mí mismo, por lo que me considero autodidacta, eso sí, me sirve de referente los grandes maestros como: Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa, Alonso Cano…, por los que siento verdadera pasión y admiración.

Con mi gran amigo, también escultor y maestro de la imaginería Francisco Romero Zafra, decidimos participar en una Exposición, año 1987, organizada por la Hermandad de la Merced en la Diputación de Córdoba, presentando unos bustos de la Virgen y San Juan junto con unas cabezas de ángeles y de ella… sale mi primera obra de imaginería el “Nazareno” de Adamuz, 1990, la “Virgen de la Soledad” de Don Benito-Badajoz, 1991…

Este será el comienzo de una vida profesional llena de ilusión, creatividad, esfuerzo y superación que no deja de crecer.